Bienvenido. ¡Vive y deja vivir!

sábado, 18 de diciembre de 2010

Ahora que no estás:

Visitantes esta es la historia de la que les hablé.
1ª PARTE:


Ese algo que te hace sentir única, especial, imprescindible… Esa sensación inesperada que recorre cada centímetro de tu cuerpo, la chispa que hace estallar mil sonrisas en tu cara, la magia que le da brillo a tu mirada, cambia el color de tus días y para el tiempo en el reloj… Todo eso y mucho más es el amor. Si lo sientes, si tienes la suerte de tenerlo contigo, no lo dejes escapar. Regala una sonrisa sólo porque el otro está a tu lado, comparte caricias, miradas, secretos… Siente cada beso como si fuera el primero y vive cada segundo como si fuera el último… Porque cuando menos lo esperes, las cosas pueden cambiar y entonces sólo pensarás en lo que pudo haber sido y ya no será jamás…
SOÑAR DESPIERTA
<<Te quiero>>, me lo había dicho ya mil veces esa tarde pero yo nunca me cansaba de oírlo en sus labios… Yo también lo quería, lo quería tanto que creía que el corazón se me iba a salir del pecho, tanto, que sólo tenía ganas de saltar y gritar por todas partes y reírme como una loca para demostrarle al mundo ¡qué nunca había sido tan feliz! Me sentía capaz de todo a su lado, no existía el miedo cuando él estaba cerca, no había obstáculo que no pudiéramos superar, y es que Romeo y yo éramos uno…       << ¿Qué piensas?>>, me había quedado mirándolo y sonriendo sin parar, soñando despierta… Y es que lo nuestro era tan increíble que parecía un sueño, un sueño real… << Pienso… ¡qué yo también te quiero!>>, Romeo se rió y me abrazó fuerte y yo escondí mi cara en su cuello como solía hacer y deseé que ese momento fuera eterno… Sin saber aún que nada dura para siempre…
ANTES DEL ADIÓS
Un día más volvía corriendo desde el instituto, había quedado con Romeo a las 5 y media y me moría de ganas de verlo… Pero al llegar a la puerta de casa, supe enseguida que algo no iba bien, que aquella tarde no sería una más de las que habíamos vivido los seis últimos meses… No sabía por qué pero el corazón se me había encogido sólo de verle la cara, pues aunque él intentaba sonreír, el dolor y la tristeza no se disfrazan tan fácilmente. Nos besamos, como siempre, y en vez de ir a mi habitación subimos a la azotea de casa. Mi miedo, Romeo y yo éramos demasiados para un cuarto tan pequeño como el mío…
LÁGRIMAS EN EL CIELO
Intentaba convencerme a mí misma de que no pasaba nada, pero el gris de los ojos de Romeo, el pequeño temblor de su mano al coger la mía algo más fuerte que cualquier otro día y su conversación vacía no podían mentir. Y él lo sabía. << Julieta, tengo que contarte algo…>>, Romeo miraba al suelo mientras jugueteaba con mis dedos entre los suyos… << ¿Qué pasa…?>>, << No sé si volveremos a vernos>>, sus palabras golpearon mis oídos y se clavaron en mi pecho, ¡no entendía nada! Los padres de Romeo se trasladaban a Alemania y él se iba con ellos, no había fecha de vuelta, era un adiós con mayúsculas, era una despedida definitiva, era el final de lo nuestro, el final de mi sueño. Me quedé quieta esperando que el reloj deshiciera los minutos hasta la tarde anterior, cuando nada había pasado aún… Y sólo reaccioné cuando sentí el calor de los brazos de Romeo a mi alrededor y el latido acelerado de su corazón pegado a mi pecho. Me cogió la cara entre sus manos y me la acercó a la suya y, con un susurro entre lágrimas, me dijo: << Volveremos a estar juntos, te lo prometo…>>, no dejé que acabara la frase y lo besé… No quería oírlo, las promesas que no se hacen no pueden romperse y los te quiero que no se dicen no pueden ser olvidados… Así que sólo le besé. Porque las caricias y los besos se dibujan en la piel y se cuelan hasta el alma, donde nadie nunca podrá borrarlos. Juntos, sentados en la azotea, ninguno de los dos dijimos nada. Las estrellas y el silencio fueron los únicos testigos de un instante eterno con sabor a despedida. Y creo que si la luna pudiera llorar, esa noche, del cielo, hubieran llovido lágrimas…

Dejen comentarios y no se preocupen que mañana pongo la 2ª parte ;)

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