- ¡Buenos días, princesa!
- Hola, ¿y ese princesa de dónde salió?
- No sé. Supongo que te vi y tuve que decirte eso.
- ¿Tuviste?
- Sí, mi obligación es sacarte esas sonrisas que muchos días te faltaron y borrar todas las huellas de lágrimas que tocaron tu piel...
- ¿Y por qué haces todo eso?
- Porque confías en mí, cosa que hace tiempo que no te pasaba con nadie. Sí, no hace falta que me cuentes nada, con tus ojos me basta. Y también porque te quiero, espero que no se te olvide nunca.
- Romeo, me dejas sin palabras. Pero hay algo que no puedo dejar de decirte... ¡TE QUIERO!
- Julieta, eres quien ha hecho que vuelva la primavera, quien hizo que cicatrizara mi corazón roto... Y gracias a ti he vuelto a SONREÍR.
- Me encanta que sonrías.
- A mí me encantas tú.
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