Hoy después de semanas sin hablar contigo, en la calle, sin esperármelo, me giré y te vi, te reconocí porque tu cara es inolvidable y recuerdo cada rasgo de ella, grabado en mi mente como un tatuaje. En el momento en que te vi un escalofrío recorrió mi cuerpo y mi estomago sintió una punzada, un lágrima aguardaba a la espera de poder salir, pero no salió.
Hoy, después de un tiempo vuelvo a sentir esta felicidad tan especial.
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