Bienvenido. ¡Vive y deja vivir!

lunes, 16 de mayo de 2011

Amor constante más allá de la muerte:

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora a su afán ansioso lisonjera;

Mas no, de esotra parte, en la ribera,
Dejará la memoria, en donde ardía;
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido, 
Venas que humor a tanto fuego han dado,
Médulas que gloriosamente han ardido:

Su cuerpo dejará no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.

                                         Francisco de Quevedo.

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