Bienvenido. ¡Vive y deja vivir!

domingo, 13 de noviembre de 2011

Querido diario,

parece ser que hacía bastante tiempo que no te escribía. Bueno, hoy escribo porque quiero compartir contigo mis sentimientos, como es normal. En realidad no sé exactamente como me siento, podría ser... ¿especial? Bueno, tal vez. Es la única palabra que veo capaz de describirlo. Y ahora preguntarás por qué me siento así...
Pues la respuesta tiene nombre propio pero dejémoslo en él, mi romeo. Los días con él me hacen sentir así.
Hoy, decidimos ir a dar un paseo al muelle. Ya entrada la noche, mientras el sol terminaba de desaparecer, nos sentamos en el borde, con las piernas colgando, viendo las olas romper.
Los barcos pasaban y el momento se iba haciendo cada vez más romántico. La brisa del mar me hizo temblar pero él me abrazó y volví a sentir calor. Gracias, le dije, pero mirándome a los ojos dijo: "No las des, una mujer tan preciosa como tú no debería pasar frío".
Allí abrazados, pasamos las horas sin decir nada. Pero nuestras miradas mantenían una interminable conversación. Nos tumbamos para mirar al cielo, yo apoyé mi cabeza sobre su pecho y pues mi mano sobre su corazón. Después, cerré los ojos. Sin apenas darme cuenta pasaron los minutos, sentir el latido de su corazón me había hecho perder la noción del tiempo. Cuando quise darme cuenta la luna ya estaba sobre nosotros. Miré para arriba y allí estaba él, con los ojos cerrados al igual que yo. Repté por su pecho hasta llegar a su oído y dulcemente le susurré: "te adoro". 

domingo, 6 de noviembre de 2011

No hay duda, eres mi vida ♥

Era día siete. Como cualquier mañana, me disponía a salir para dar una vuelta. Parecía un simple día normal, pero yo sabía que no. Esa mañana me había levantado más alegre de lo normal, pero había una explicación. Hacía ya cuatro meses que mi vida había cambiado por completo, que mi corazón había vuelto a sentir pasión. Hacía cuatro meses, que había aparecido él. Cuando ya estaba preparada, abrí la puerta. Bajé las escaleras, pasé por delante de los buzones, pero paré y volví para atrás. En el mío parecía haber algo sobresaliendo, pero me acerqué para asegurarme. Sí, exactamente, ahí estaba. Por el hueco de mi buzón salía una rosa blanca, la saqué y amarrada a ella, con un perfecto lazo, había una nota que decía:
" Buenos días amor, sigue las indicaciones de esta nota. Pd: los pétalos esconden una sorpresa."
Sorprendida empecé a buscar en los pétalos y en uno de ellos, en tinta roja, había escrito "TE AMO". Leí las indicaciones y salí a la calle, como era normal, no había nadie fuera, solo algunos coches. No todo el mundo sale a dar una vuelta a las 5 de la mañana. Caminé durante media hora siguiendo la nota hasta llegar al parque. Atravesé todo el parque y me paré, ponía que girara a la izquierda, pero no se veía ningún camino. Pensé y decidí intentar quitar las plantas. Asomé la cabeza y delante mía tenia una pequeña hoguera, una manta en el suelo y velas por todos lados. Entré y apareció él, se acercó a mi oído y me susurro: "Felicidades". Nos sentamos en la manta y nos besamos durante un tiempo interminable. Terminó de acariciarme los labios y me pidió que cerrara los ojos. Me levantó y me acercó a lo que parecía un lago. Abrí los ojos y aparecí en una cama de pétalos, esta vez rojos. Nos tumbamos y sucedió, su cuerpo moreno destacaba entre los pétalos. Así pasó una hora y media hasta que el sol empezó a salir. Lo miré, el sol hacía brillar sus ojos y lo besé.
                

viernes, 28 de octubre de 2011

Necesitó tanto sus caricias,



Y cuando justo su vida volvía a ser perfecta -volvió a amar-, le recordó. Recordó cada centímetro de su pasado; cada sonrisa; cada atardecer... su pasado era él. Cada vez que pasaba eso se le erizaba la piel, como si volviera hacia atrás y recordara ese primer día de mayo: Los dos solos en la casa de su pasado. Los dos amándose entre las palomitas de maíz que habían quedado después de la película de cada sábado. 
No llevaban mucho más de medio año juntos, pero parecía que se conocían de toda la vida... Antes de que empezaran a salir, ya se conocían; ya se habían besado... pero hubieron muchos "ni contigo ni sin ti" Ella, tuvo que volver a confiar en él; tenía tanto miedo. Y él... la amaba como nunca había amado a alguien; e intentaría no volver a hacerle daño, porque cada vez que lo hacía, la sentía más y más lejos. 
El amor les duró seis meses. Se tuvo que ir. Su amado... Una tarde calurosa de verano. Él cumplía los dieciséis y sus padres le regalaron una moto. Mientras el iba a estrenar la moto con sus amigos, ella se quedó en la celebración del cumpleaños. La moto, no tenía frenos. Nadie lo sabía... Murió. Sí, la dejó sola. Cayó en una tremenda depresión...
Ya habían pasado tres años. Ella lo tenía superado, pudo querer a otra persona al fin pero no podía impedir recordarlo. Lo amó tanto que pensó que nadie podría superarle jamás...

miércoles, 12 de octubre de 2011

Creer que un cielo en un infierno cabe,

Estábamos saliendo del club nocturno donde nos habíamos conocido. Recuerdo ese día como si lo estuviera viviendo ahora mismo. Fui con mis amigas, como de costumbre; queríamos bailar y emborracharnos. Cuando íbamos por el tercer Cosmopolitan, le vi. Estaba en la barra, bebiendo coñac. Me miró como nadie me había mirado jamás. En tres minutos ya estaba sentada a su lado, hablando con él y con sus ojos verdes. Se llamaba John. Treinta minutos después ya sabía que era soltero, donde vivía y que era abogado...
Salimos del club besándonos. Casi nos caemos en las escaleras que daban a su piso. Entramos. Dio un portazo y me tiró en la cama. Hicimos el amor, una y otra vez. Había tanta pasión en esa habitación como en la final de un campeonato de fútbol. Amanecimos abrazados uno al otro, bebiendo champán- como el que celebra el nuevo año. Después de unos besos, nos quedamos dormidos. Me desperté sola. No había nadie junto a mi. Pero en la mesa de noche había una nota.


"He salido a comprar algo para almorzar. Si quieres te puedes duchar o comer algo mientras vuelvo."


Volvió diez minutos después de que leyera la nota. Todavía me estaba duchando- sí, soy de esas que se pasan treinta minutos debajo del agua... Terminé de ducharme y abrí la puerta del baño. Vino y me besó... Comimos pizza, bebimos Coca Cola... Pero en realidad lo único que necesitábamos era estar juntos.
De eso ya hace unos meses. Y esos meses no los cambio por nada.

viernes, 7 de octubre de 2011

Querido amor,

te escribo para decirte que todo me va bien, desde que entraste en mi vida mi sonrisa no ha dejado de brillar. Estés o no a mi lado, me siento protegida porque sé que te tendría aqui si estuviera en peligro. Desde donde quiera que estés, te siento, te huelo, te amo... Quería decirte que mi camino ha cambiado desde que apareciste, las llamas por las que caminaba han desaparecido y cambiado por nubes. Con cada ráfaga de viento me llega tu olor, cosa que hace que reviva alguno de nuestro momentos, que vuelva a sentir lo que sentí.
A veces sueño contigo, que te tengo aquí a mi lado, siento tu mano recorriendo mi cara y como tu cara es tocada por las yemas de mis dedos... tu aliento me da en la cara y tus labios tocan mi frente. A veces me imagino en el cielo, volando entre las nubes y te veo venir a lo lejos, como un ángel... vienes, me abrazas, me acerco a ti lentamente y acarició tus labios con los míos. 
Pero supongo que todo es un sueño, tanta perfección no puede ser real, pero... ciertamente lo es, realmente te tengo aquí delante y la perfección es verdadera. Todo esto es gracias a ti, que me haces sentir como en un cuento de hadas. 
                   
                                                                                         Con cariño, 
                                                                                                                        TU AMOR.

viernes, 16 de septiembre de 2011

No hay duda, todavía estás en mi corazón ♥

En realidad siempre te he echado de menos... No sabes cuántas veces he deseado que todavía me beses, que me sonrías como cada tarde. Al fin y al cabo, te brillaban los ojos cuando llegaba a donde tú estabas.Y sé que también me echas de menos, porque cuando estábamos juntos el mundo era sólo nuestro. Miénteme, dime que no me has vuelto a desear después de aquel día. Pudimos tocar las estrellas, yo lo sentí. Recuérdame los días en los que nos tumbábamos en el césped y mirábamos el cielo. Recuérdame los días en los que nos escapamos de este mundo lleno de injusticias y me hiciste tuya, sólo tuya. Porque sin ti no he sido más que alguien sin ilusiones... dime qué has sido tú. Dime que todo este tiempo te has estado engañando, dímelo. Prométeme que todo será diferente y que no te dará miedo decir te quiero. Si es que no lo puedo negar, te quiero...



-Cartas sin destinatario-

jueves, 1 de septiembre de 2011

Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes...

               Llevaba como dos semanas sin saber nada de él. No se llevó el móvil, el viaje no lo requería... Tampoco se iba a conectar a internet, ya que no tendría tiempo para eso. Ha sido mi mejor amigo en estos dos últimos años; y no sé por qué, pero se me hacía eterno el no charlar de cualquier boberia con el. Me salvó de aquella soledad. Sí, supongo que se le puede llamar soledad... Que pena el dejar de lado a tu "todo" por otra persona que no lleva ni medio año en tu vida, ¿no? Bueno, más que pena se le puede llamar ignorancia y tal vez, egoísmo. En fin, lo pasado, pasado está.
               Acababan de tocar el timbre. Es el cartero, trae una carta para mí. La carta era de John, mi mejor amigo.


Querida Cynthia:
               ¡No sabes lo guay que es la costa gallega! Ojalá te hubieses venido. Me paso la mayoría del tiempo en la playa, así que ten cuidado que ahora mismo te gano en bronceado. ¿Qué tal andas tú? ¿Lo has arreglado con los "desaparecidos"? Cariño, no seas ingenua ;) Te he extrañado muchísimo. Jo, quiero que tus ojos marrones me sonrían pronto. ¿Sabes qué? Tengo muchas cosas que decirte y otras que darte... Y ahora dirás ¿darme? Pues sí, guapa lo que estás leyendo (casi escribo escuchando, menos mal que no lo hice porque no tengo tippex). Pues eso, que estoy bien y que dentro de una semana me tendrás contigo. 
       Un beso, John.
P.D.: Cuando vayas al aeropuerto a buscarme, no te pongas el rímel que no resiste al agua que no quiero que por mi culpa se te quede la cara negra...
               
                Una semana después, John volvió. Y me trajo unas entradas para el concierto de mi grupo preferido. Sí, cuando lo ví, lloré.
            [...]
                Me desperté empapada en sudor, eran las diez de la mañana. Todo había sido un sueño. Miré a la pared y me alegré de que la ignorancia no se haya presentado todavía... 

lunes, 29 de agosto de 2011

Mi sonrisa tiene nombre propio, el tuyo.♥

Aquí me encuentro, acostada en la arena, con mucha gente alrededor, aunque me parezca estar solo con una persona. Él, el dueño de mis sueños, el que me saca una sonrisa solamente mirándome a los ojos, el que me da calor cuando tengo frío. Esa persona que me ayuda a ser feliz, que me hace vivir momentos jamás vividos y que es capaz de sacar de mi, sentimientos que nunca había aprendido a sentir. Tú, que me molestas, porque te gusto cuando me enfado y que después me agarras y me besas para que vuelva a sonreír.
El caso es que aquí estoy, mirándote a los ojos, acariciándote la cara, cosas simples pero con las que me siento bien porque el tenerte a mi lado ya me hace feliz. La luz de los fuegos artificiales te da en la cara, dándote un aspecto más hermoso todavía. La noche está siendo especial pero tu estás molesto porque podría serlo más y siempre quieres lo mejor para mi. Me acerco más a ti y te digo que no importa, que hay más tiempo para estar juntos y hueco para más momentos especiales, todo no se puede tener en una noche.
Cuando creo haberte convencido, me miras y me dices: "¿Por qué estoy así teniendo delante a la niña que más quiero?", como siempre acabas sacándome una sonrisa. Cierro los ojos y te beso, porque en este momento es lo único que me apetece hacer. Me separo y mirándote a los ojos, sin darme cuenta se escapa un "te quiero" de mis labios, y aunque bajo, por el sonido de los fuegos, yo sé que resuena en ti y que se repite como el eco. Abrazados miramos al cielo, el momento se hace más especial gracias a ellos, espectadores de este momento. Los fuegos que con su luz parecen iluminarnos solo a nosotros. 
Mientras los últimos voladores terminan de estallar, te acercas a mi oído y me dices "te amo", un escalofrío intenta recorrer mi cuerpo, pero se ve interrumpido por tu beso. Un beso suave pero a la vez con fuerza, en este momento me siento tuya y te hago mío.
 Y así acaba la noche, dentro de un rato ya no estaré contigo, pero te seguiré sintiendo a mi lado, aunque eche de menos tu olor y tus caricias... 

miércoles, 10 de agosto de 2011

Mira al horizonte, seguro que encontrarás algo más que agua.

Eran las seis de la mañana y no me quedaba dormida. Tenía la sensación de que me faltaba algo... Estaba desesperada, tenía que hacer algo que me despejara porque llevaba toda la noche pensando y no sé por qué pero nunca supe cómo dejar la mente en blanco.
Me llegó un olor a sal y se me ocurrió que podía ir a la playa a dar una vuelta... Me vestí y le dejé una nota a mi madre en la mesilla de noche, en ella le dije: "Mamá, voy a la playa un rato. No puedo dormir. Te quiero". Llegué a la playa y puse mi toalla en la arena. Pensé en lo poco que se había basado mi vida en los últimos meses. Tantas pérdidas...
¡Estaba amaneciendo! Era la primera vez que veía el amanecer, pero lo hacía sola... Estaba tan atenta al sol que no me había dado cuenta de que alguien me estaba llamando desde la otra punta de la playa. Saludé con la mano pensando que sería un conocido, pero cuando llegó a donde estaba yo me dí cuenta de que no...
-¿Quién eres?
-No me conoces, ¿verdad?
-Si te conociera no te preguntaría eso.
-Es verdad... Bueno, me llamo John.
-Encantada, yo me llamo Tamara.
-En realidad, ya sabía como te llamabas. Si supieras todo el tiempo que he estado esperando a ser valiente y por fin hablar contigo... No sé si te habrás fijado en mí alguna vez, pero vivo en la calle que está por detrás de tu casa. Siempre me has resultado diferente a las demás, esa manera que tienes de caminar y de fijar la vista a la nada...
-Veo que me has observado bastante, incluso me arriesgaría a decir que me "conoces".
[...]

Seguimos hablando. Parecía que nos conocíamos de toda la vida... Él sabía describir totalmente todos mis gestos, sabía mirar más allá de mis ojos... No sé por qué pero toda esa situación me incitaba a saber algo más de él. Le besé con inocencia. Sabía que detrás de ese beso me esperaba la felicidad.
Hoy, es catorce de febrero; mi primer San Valentín "acompañada".


miércoles, 3 de agosto de 2011

¿Por qué querer pudiendo amar?

 Me desperté esa mañana, había llegado, sí, el día que tanto había esperado estaba allí. Estuve impaciente hasta que llegó la tarde, solo habían pasado unos pocos días desde que lo había visto por última vez, pero los días sin verlo se solían parece a años. 
Llegó la tarde y llegué a "nuestro árbol", en el que siempre quedábamos. Allí estaba yo, apoyada en él esperando a que llegara. A las cinco y algo, lo vi venir y me incorporé para darle un abrazo. Nos acostamos en el césped como siempre y así pasamos el tiempo, callados, pero a la vez diciéndonoslo todo. Muchas veces nuestros labios se unieron, pero pocas palabras salían de nuestras bocas. Pasado una rato nos sentamos para hablar un ratito:
-Te echaba mucho de menos, logré decir, me daba pena romper el silencio.
+Pues no te imaginas lo que te he echado yo de menos también.
-Tu olor, tus abrazos, tus besos y sobretodo tus "te quiero" ya son algo cotidiano y no tenerlos era difícil...
+Bueno... el caso es que si ahora te dijera un "te quiero" sería un poco falso y se quedaría corto.
-¿Por qué?
+Porque ahora mismo no es lo que de verdad siento y llevo un tiempo preguntándome: ¿Por qué quererla si puedo amarla?
-Ámame pues, si es lo que quieres.
+No tengo que hacerlo, ya lo hago.
Y así pasó la tarde y la luz fue bajando su intensidad. Esa persona, la persona que me ama, siempre sabía como dejarme sin palabras y con una sonrisa. Por eso me he dado cuenta de que yo también lo amo.

               
-Diariodeunaenamorada-

domingo, 24 de julio de 2011

Lejos del tiempo, aquí estoy contigo

Me desperté totalmente sudado. Eran las nueve y media de la mañana y no podía dormir más. Hacía un calor asfixiante y, con suerte, en la calle podría hacer menos calor. Me duché y vestí para salir un rato, necesitaba tiempo para pensar... 
Allí estaba yo, caminando en el paseo marítimo. Rebusqué en mis bolsillos a ver si tenía algo que me distrajera. Finalmente, encontré el Ipod. Y mientras escuchaba mi canción favorita, me senté en un muro que daba lugar al mar. Contemplé el mar y noté que un escalofrío recorría mi cuerpo, demasiada brisa quizás. 
Cinco minutos después, alguien me tapó los ojos y me dijo: "¿Qué haces aquí solito? Jejeje hacía tiempo que no te tocaba la cara..." Era ella, la persona que no podía dejar de querer; aunque el tiempo pasara y muchas más me besaran. No la escuchaba desde hacía más de medio año. Quité sus manos de mi cara y me giré. Era ella, la misma de siempre; algo más alta, pero no más que yo. Yo no sabía qué hacer, si abrazarla o seguir mirándola sin decir nada; me decanté por la segunda opción.  Sus ojos eran incluso más bonitos que antes, transmitían todas esas cosas que me incitaban a besarla. Su pelo se había convertido en una hermosa melena rubia. Y sus labios eran irresistibles, tenía sed de sus besos.
Cuando todavía estaba mirándola me soltó un: "Deja de mirarme y dame un abrazo que hace mucho que no nos vemos". La abracé sin más. Ese abrazo era como los otros, estábamos tan pegados que quise besarla. Pero recordé que ella ya no sentía lo mismo y que sería mejor ser sólo amigos... 



-diarioderomeo-